Timid Concerns about Human Rights After Salvadoran President Nayib Bukele’s Victory
Inside the country, however, voices are rising to warn against a drift towards dictatorship. Some chancelleries have offered measured congratulations. US Secretary of State Antony Blinken said he attaches “great importance to close relations with the Salvadoran people” when some three million living in the United States send about 8 billion dollars annually to their families, contributing to 21% of El Salvador’s GDP.
But he also warned of giving “priority to good governance, economic prosperity, guarantees of a fair trial, and human rights.” The spokesperson for the German Ministry of Foreign Affairs called for “the fight against crime to also take into consideration the protection of human rights and the rule of law.” Criticism came from within the country.
Some editorialists are worried about the future of the country. With this unconstitutional re-election, the country has entered the club of authoritarian regimes for some, while others see it as a cult of personality pushed to the extreme. The state is him, Nayib Bukele, who controls the government, the Parliament, and the judiciary, the newspaper wrote.
Dentro del país, sin embargo, surgen voces que advierten sobre una deriva hacia la dictadura. Algunas cancillerías han ofrecido felicitaciones medidas. El Secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, dijo que da “gran importancia a las estrechas relaciones con el pueblo salvadoreño” cuando alrededor de tres millones de personas que viven en Estados Unidos envían alrededor de 8 mil millones de dólares anualmente a sus familias, lo que contribuye al 21% del PIB de El Salvador.
Pero también advirtió que dará “prioridad a la buena gobernanza, la prosperidad económica, garantías de un juicio justo y los derechos humanos”. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania pidió “que la lucha contra el crimen también tenga en cuenta la protección de los derechos humanos y el estado de derecho”. Las críticas vinieron desde el interior del país.
Algunos editorialistas están preocupados por el futuro del país. Con esta reelección inconstitucional, el país ha entrado en el club de regímenes autoritarios para algunos, mientras que otros lo ven como un culto a la personalidad llevado al extremo. El estado es él, Nayib Bukele, quien controla el gobierno, el Parlamento y el poder judicial, escribió el periódico.